Como conductor, te conviene anticiparte a cualquier avería o disfunción que tenga tu coche y llevarlo al taller. Por eso, debes observar qué te transmiten determinados síntomas que notarás, sobre todo, al circular.
A continuación, te contamos una serie de signos que te van a demostrar que tu vehículo no se encuentra en condiciones óptimas. Toma nota.
Te van a informar, desde el salpicadero, de que algunas funciones de la mecánica están fallando. El color rojo te va a alertar de la necesidad de acudir a tu centro de reparación de confianza. Estos problemas pueden tener su origen en la dirección asistida, la batería o el nivel o la presión del aceite.
Los neumáticos son el punto de contacto entre tu automóvil y el asfalto. Puedes notar que el coche se vence hacia un lado o los neumáticos emiten vibraciones extrañas. Les pueden afectar algún tipo particular de desgaste o un equilibrado y una alineación deficientes.
No son tan importantes como los que se proyectan en rojo, pero te avisan de mantenimientos a realizar. Una señal luminosa ámbar implica inconvenientes con las luces, el limpiaparabrisas, etc.
Denotan problemas en los amortiguadores. Las notarás por las oscilaciones al conducir, un martilleo, la vibración del volante o el hundimiento al frenar.
Suelen provenir de las correas. Ten en cuenta que se pueden llegar a romper.
Proceden de los frenos. Tocará limpiarlos y recargar su líquido.
Tienen que ver con las fugas, por ejemplo, de aceite lubricante o líquido anticongelante.
En definitiva, atento a los signos de alerta de tu coche. En cuanto los detectes, ¡pásate por el taller!