La ITV es una revisión obligatoria de los vehículos que circulan por el país. Esta revisión técnica es un requisito indispensable para todos los vehículos que es responsabilidad del titular del mismo. Superada la prueba se concede el distintivo que permite la circulación hasta la fecha de la próxima revisión. Un trámite administrativo y de seguridad que no puedes evitar.

Cada cuánto se pasa la ITV

En función del tipo de vehículo que tengas y su antigüedad, deberás pasar la revisión técnica de vehículos con una frecuencia diferente. En el caso de los turismos, están exentos durante los cuatro primeros años. Posteriormente y hasta los diez años, deberán pasar la revisión cada dos y a partir de ese punto, cada año.

Los vehículos ligeros, tipo furgonetas, tienen una ligera variación, ya que solo están exentos los dos primeros años, por lo que tienen que pasarlas cada año a partir de ese punto. Una vez que tengan diez años, la revisión será cada seis meses. La revisión de otro tipo de vehículos tiene diferentes limitaciones como en el caso de autobuses o de servicios públicos, que a partir de los cinco años se revisan cada seis meses y antes, cada año.

Una revisión mecánica que requiere una puesta a punto

Cuando vayas a llevar tu vehículo a la ITV, la mejor opción es que pases con anterioridad por un taller para hacer una inspección mecánica. Este tipo de revisiones de coches conocidas como "preiteuves" son una buena manera de evitar sustos y tener que volver. Aceite, luces, discos de freno, motor y todos los elementos que se revisan en la inspección oficial son comprobados para asegurar su funcionamiento.

Acudir a tu taller de confianza antes de ir a la ITV te garantizará el aprobado y no sufrir las consecuencias de alguna falta que pueden llevar a la inmovilización del vehículo.