Cómo cuidar tu coche si lo usas poco: consejos para evitar averías por inactividad
¿Usas poco el coche? Entonces necesitas cuidarlo más de lo que crees
Muchos conductores piensan que un coche que apenas se mueve “se conserva mejor”. Sin embargo, ocurre justo lo contrario: la inactividad prolongada puede provocar averías que no aparecen cuando el coche se usa con regularidad.
Si tu vehículo pasa días, semanas o incluso meses sin moverse, es importante conocer qué puntos debes vigilar para evitar sorpresas desagradables cuando vayas a arrancarlo.
Hoy te contamos cómo mantener un coche poco usado en buenas condiciones, especialmente en un clima como el de Tenerife, donde la humedad y la salinidad pueden acelerar ciertos desgastes.
¿Por qué un coche parado se estropea?
Aunque no circule, tu coche sigue “vivo”. Algunos componentes necesitan movimiento para mantenerse en buen estado y otros se deterioran cuando no alcanzan su temperatura óptima. Entre los problemas más habituales están:
- Descarga de la batería, especialmente si ya tiene varios años.
- Deformación de los neumáticos al estar mucho tiempo apoyados en el mismo punto.
- Aparición de óxido en discos de freno y elementos metálicos.
- Pérdida de lubricación interna en el motor.
- Humedad en el sistema de escape, que acelera la corrosión.
- Secado o agrietamiento de manguitos y juntas.
Cuanto más tiempo esté el coche detenido, mayor es el riesgo de avería.
Consejos para mantener tu coche en buen estado si lo usas poco
1. Arráncalo al menos una vez por semana
Deja el motor encendido unos minutos o, mejor aún, haz un pequeño trayecto para que el aceite circule y alcance su temperatura adecuada.
2. Vigila la batería
La batería sufre mucho cuando el coche pasa largos periodos parado. Puedes:
- Desconectar el borne negativo.
- Usar un mantenedor de batería.
- Arrancar el coche regularmente para evitar la descarga.
3. Mueve el coche aunque sea un poco
Si no puedes circular, avanza y retrocede unos metros. Así evitas que los neumáticos se deformen y que los frenos se queden pegados.
4. Mantén la presión de los neumáticos
Es habitual que pierdan aire con el paso del tiempo. Una presión incorrecta puede dañarlos o hacer que el coche sea inestable al volver a circular.
5. Revisa los niveles y el estado de fluidos
Aceite, refrigerante, líquido de frenos… Aunque no uses el coche, todos ellos pueden degradarse.
Un cambio de aceite preventivo es especialmente recomendable en coches con muy poco uso.
6. Protégelo de la humedad y la salinidad
Si lo aparcas en la calle, intenta hacerlo en zonas menos expuestas a la brisa marina.
Un coche parado cerca del mar acumula salitre, lo que acelera la corrosión en frenos, chasis y elementos metálicos.
Aunque lo uses poco, tu coche necesita mantenimiento
Si tu coche pasa más tiempo aparcado que circulando, prevenir es la clave. Una revisión anual puede ahorrarte averías caras y prolongar la vida útil del vehículo.
En
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