El día a día en ciudad también pasa factura

Ir al trabajo, dejar a los niños en el cole, pasar por el supermercado… Todos esos trayectos urbanos cortos que hacemos a diario en Tenerife, aunque parezcan inofensivos, pueden estar perjudicando el motor de tu coche sin que te des cuenta.

¿Sabes por qué?

¿Qué ocurre en el motor durante un trayecto corto?

Cuando arrancas el coche en frío, el motor necesita unos minutos para alcanzar su temperatura óptima de funcionamiento. Hasta que eso ocurre, el aceite no lubrica correctamente todas las piezas, lo que aumenta la fricción interna y provoca un desgaste prematuro.

En trayectos cortos, especialmente si conduces en atascos o calles con muchos semáforos, el motor no llega a calentarse del todo. Esto se traduce en:

• Mayor consumo de combustible.
• Acumulación de residuos en el sistema de escape.
• Dilución del aceite con combustible sin quemar.
• Corrosión interna y fallos en sensores.

El clima y el entorno urbano de Tenerife agravan el problema

En zonas costeras como muchas partes de Tenerife, la humedad y la salinidad del ambiente se suman a este desgaste. Además, las pendientes, la conducción a baja velocidad y los constantes arranques y paradas propios de las zonas urbanas, hacen que el motor trabaje con más esfuerzo del que parece.

¿Qué puedes hacer para proteger el motor?

Sabemos que los trayectos cortos a veces son inevitables, pero puedes minimizar el impacto si:

• Realizas revisiones periódicas del estado del aceite y filtros.
• Utilizas un aceite de motor de calidad y adaptado a tu uso.
• Aprovechas al menos una vez por semana para hacer un trayecto más largo, idealmente por carretera, para que el motor alcance su temperatura ideal.
• Mantienes limpios los inyectores y el sistema de escape.

También es importante prestar atención a ruidos extraños, pérdida de potencia o avisos en el cuadro de instrumentos.

En DG’autointegral cuidamos tu coche… incluso en ciudad

Si notas que el coche va “más forzado” de lo normal, no lo dejes pasar. En nuestro taller revisamos a fondo el motor, analizamos el aceite y detectamos residuos que puedan estar dañando los componentes internos.

En entornos como el nuestro, donde el uso urbano es tan habitual, adelantarse al desgaste es la mejor forma de evitar averías costosas.